Llevo un par de semanas locas. Sin centrarme en lo que debo hacer a diario, descansando poco y mal, con mi mundo vuelto del revés.
Y es que ya os he contado mi tendencia a la dispersión. Mi incapacidad para terminar las cosa que empiezo. En seguida pierdo la concentración y dejo lo que estoy haciendo, lo cambio por algo que me llama más al atención. Eso es lo que me ha estado sucediendo, que ha habido cosas que me han llamado más la atención y he dejado apartadas mis aficiones y el camino que había tomado.
Ahora estoy de vacaciones. Y estoy tan cansada de mi locura semanal que ni siquiera las estoy viviendo con alegría. Necesito parar.
Me voy unos días al norte. A ese verde valle cántabro que me llena de felicidad.
El año pasado pude compartirlo con mi activista coqueta. Tras nuestra ruptura no fui capaz de volver a esos bellos parajes. Me producía una tristeza infinita no poder compartirlos ya con ella. Ahora, una vez que la herida ya ha creado su costrita, que las cosas vuelven poco a poco a su cauce, que la activista y yo andamos hablando de nuevo y reconociéndonos en nuestros territorios (oye!! qué efecto más rápido ha causado el curso de crecimiento erótico jeje) puedo y siento que quiero volver al valle. A ver las vaquitas pastando, escuchar a Madonna mientras las ordeñan, notar la vida que discurre a través de los bosques, andar por la arena de la playa y ver caer el sol mansamente sobre las colinas...
Qué bucólico, verdad? Sólo hay un pero. Marcho con mis padres. Aprovechamos que es el cumpleaños de mi madre y vamos unos días para allá. Y miedo me da. El otro día le contaba a una amiga esa extraña afición que tiene mi madre por ponerme colorá.
Recuerdo un día que llego a su casa y me dice... Ay hija, he estado en una presentación de productos de esas a las que voy yo y me han regalado una cosa que te va a ir muy bien a ti. Se trata de algo para que te puedas dar masajes en la espalda, ya que te duele tan a menudo.
Abre una bolsa y saca un patito vibrador!!!! Si, como este......
Lo coge y se lo empieza a pasar por la espalda. Ves? Se hace así y te alivia las contracturas...Yo me quería morir de la vergüenza. Había visto los patitos esos en una revista de las que hay por Chueca y decían claramente que era un juguete erótico. Nada de “indicado para lesiones de espalda”
Todavía me queda la duda de si mi madre me lo vendió como bueno para mi espalda y en realidad sabía el uso correcto del animalejo.
Y es que no puedo negar que se preocupa mucho por mi vida sexual. El otro día, sin ir más lejos me dice que cuando quiera llevar a alguna amiga a la casa de Cantabria, sin que estén ellos, que sólo tengo que avisar para que no coincidamos. Vamos, que me ha ofrecido la casa como picadero!!! Gracias mamá, pero recorrerme 450 kilómetros de ida y otros tantos de vuelta para estar calentita una noche... pa'eso me apaño en Madrid.
De todos modos, me da a mí que eso ya se lo imagina. Porque el lunes me despierta a las 9 de la mañana llamándome a casa.
- Hija, estás bien?
- Si claro.
- Es que te he dejado varios mensajes el en contestador y no me has llamado.
- Ah! Es que no estaba en casa. Te dije que este fin de semana celebrábamos los cumpleaños. Llegué anoche y no miré el contestador
- Si, me dijiste lo del cumpleaños pero no sabía que no ibas a dormir ayer en casa.
Miro el teléfono para localizar su llamada.
- Mamá!! me has llamado el domingo a las diez menos veinte de la mañana! Si necesitabas hablar conmigo, por qué no me llamaste al móvil?
- Porque me extrañó que no estuvieras en casa y no quería interrumpirte si estabas haciendo algo importante
¿Hace falta traducción de la última frase? Y es que debe ser que las madres tienen una intuición canina. Porque si, estaba haciendo algo importante. Jajajajajaja!
Así que ahora me marcho unos días con ella y me espero que saque cualquier artilugio de la maleta para mi “bienestar” personal, con el pretexto de mi lesión de espalda o mi tensión acumulada. Dicen que familia no hay más que una. A la vista de lo que os cuento puede parecer verdad...
Pero tal vez no. Llevo muy poco tiempo con este blog. Desde antes de empezar a escribirlo os leía a algunas de vosotras. Fui enlazando unos blogs con otros, escogiendo un pequeño grupo con el que me sentía más identificada. Y al empezar a escribir, en cierto modo fui llamando a las puertas de algunas. Con casi todas me he sentido muy bien acogida. Cada una me ha aportado cosas, experiencias, reflexiones, ideas... Siento que las familias son más que esas estructuras rígidas que impone la sociedad. Son esos grupos que se forman ¿al azar?, y en los que te sientes tan a gusto como en tu
casa.
Ayer, en medio de la montaña rusa que han sido mis dos últimas semanas aparecieron dos personas a poner orden en mis pensamientos. Tal vez sin llegar a saber lo positivo y emotivo que resultó para mí. Gracias
Alson y
Lena!! Por vuestras reflexiones y propuestas!! Gracias pequeña familia bloguera....