sábado, 29 de septiembre de 2012

Desfalcos


Me estaba acordando ayer de un libro que se titula Cris y Cris. Lo leí hace muchos años y creo que se convirtió desde el primer momento en mi novela lésbica favorita. Para las que no la conozcáis, narra la historia de Mariana, una periodista argentina cuyos padres mueren en un accidente de coche cuando es pequeña y la cría su tía. Mariana hereda por parte de su abuelo y cuando alcanza la mayoría de edad la tía se larga con el dinero.

La protagonista habla a lo largo de la novela del desfalco...pero más que al monetario se refiere al de los sentimientos. A ese desfalco que cometen algunas personas, con alevosía, nocturnidad y mucha (permitidme el término) hijoputez. Esa idea que van tejiendo en silencio, sin ponerte en sobreaviso, hasta que un día desaparecen de tu vida y te quedas preguntándote qué leches pasó...Aunque en ocasiones, las menos, eso si... los desfalcos son involuntarios...la vida te pone en situaciones en las que te obliga a seguir un camino, dejando atrás cosas y personas.

Mariana teme entablar una relación por miedo al desfalco de los sentimientos y yo me veo reflejada hasta cierto punto en su pensamiento. A veces me obsesiona encontrar el momento. Si, ese momento exacto en que la otra persona comienza a alejarse o decide que ya no eres importante, o que simplemente se rinde y no te da ni opción a intentar arreglarlo.

Y me ha dado por pensar en dos desfalcos que estoy viviendo en este momento. Uno muy consciente...que comenzó justo después de que yo empezara el blog... y el otro que me duele más, el que va a llevar a cabo sin saberlo aún, alguien a quien quise desde la primera vez que la vi.

El primer desfalco del que hablo inició hace tanto que ya ni me importa saber cuándo fue. Ahora que se ha concretado me he quedado muy a gusto, porque lo que peor puedo llevar son las situaciones ambiguas...el no hablar pero saber que algo sucede...el que te sonrían sin ganas, el "a ver cuándo nos vemos" como frase hecha...Me hubiera gustado saber en qué momento decidíeron que yo estaba fuera de su vida, para no haber gastado ni un ápice de mi energía en darle vueltas a que no me apetecía seguir con esa farsa y no sabía cómo pararla.  En fin...se acabó y por mí está bien.

En cuanto al segundo...el segundo es un desfalco obligado...impuesto por una situación que ni ella ni yo podemos manejar o controlar. Es un desfalco que me rompe el corazón...

---  El otro día me ocurrió contigo. Te vi acercarte mirándome con gesto alegre. Te abracé en parte por el tiempo que hacía que no nos veíamos, en parte porque algo me decía que no nos volveremos a ver. Como siempre fuiste muy cariñosa conmigo y a pesar de que te da rabia, me dejaste jugar con tus orejas. Eso y cepillarte el pelo. Nunca había sentido placer cepillando el pelo a nadie pero quizá la intimidad que surge de actos así me hizo sentirme muy cómoda...no sé...el caso es que no es algo típico de mí pero tú consigues que me salga..

Y en 48 horas una despedida tan apresurada...cuando me monté en ese coche me di cuenta al instante de que no había podido darte un último abrazo. Ya era tarde. Sonaba demasiado peliculero decir...parar el coche que necesito darla un último abrazo...no quería mostrar mi tristeza ni mi pesimismo...o tal vez no tuve el valor suficiente para hacerlo... Pero me quiero quedar con el recuerdo de mi abrazo al cepillarte. Si...me quedo con Ese Momento ---
 

viernes, 28 de septiembre de 2012

Este momento



Un ritual de viernes. Una sola foto. La captura de un momento de la semana. Un simple momento especial, extraordinario. Un momento para hacer una pausa, disfrutar y recordar. (Extendido por Farala)




 
Francine Van Hove

miércoles, 26 de septiembre de 2012

Un sueño más



 
Quiero agradeceros a todas la respuesta a mi post anterior. Aunque creo que no llegué a explicarme bien si que habéis captado mi tristeza. Hoy, una mujer que es capaz de leer mis sentimientos me ha hecho una pregunta sencilla...cuánto hace que no te das un baño? Ella sabe que mantengo con el agua una relación especial y que esa tristeza que arrastro desde hace unos días puede mejorar con un buen baño. De hecho, era lo que pedía en mi post anterior...que el cielo se derrumbase, que cayera sobre mí en forma de agua para que me hiciera sentir viva y me sacara de esta melancolía...


Muy sabiamente, otra bloguera me comenta y me dice que mejor no desear aquello que no está en nuestra mano. Tiene toda la razón. Aunque se me hace difícil no desear lo mejor para las personas que aprecio. Pero muchas veces peco de preocuparme más por los demás que por mí misma, lo sé.


Hay algo que se ha repetido con cierta asiduidad en mi vida. Cuando he tenido una pareja y se ha enterado de que uno de mis principales sueños es ir a Nueva York, la respuesta invariablemente ha sido...yo te llevo. Yo te llevo, yo te llevo...y a día de hoy colecciono guías de Nueva York pero no le he hecho todavía ninguna foto al puente de Brooklyn... El Puente.


Esa eterna promesa que se sumó a “yo te regalo este libro”...un libro ciertamente especial para mí, que vi una vez de pasada hace muuuucho tiempo y que cometí el error de no comprar. No volví a encontrarlo. Rebusqué en librerías, en grandes almacenes, en la Cuesta de Moyano...nada...desapareció.


Una mujer que se enamoró de mí me lo prometió. Pero como tantas promesas nunca llegó a cumplirse. No quiero que suene a reproche, todo lo contrario. Estoy absolutamente segura que cuando una mujer me ha hecho una promesa ha creído fielmente que la cumpliría.


El error ha sido mío por confiar mis sueños a otras personas. Y como ya adelanté en un post cumpleañero, creo que ha llegado el momento de cumplir mis sueños siendo muy consciente de que debo procurármelos yo.


Hoy me ha llegado un paquete desde Maryland. Encontré allí el libro que quería. Ahora mismo Lúa está tumbada encima de él.
 
 

Que el cielo se derrumbe




Vuelvo a casa hoy del trabajo y contemplo unas nubes oscuras y preciosas sobre el cielo de Madrid.

He tenido una mañana complicada, lo que en términos coloquiales se llamaría una mañana de cojones.

Y ese cielo, con las nubes de contornos definidos, representa la realidad a día de hoy. Esas nubes son el anuncio de un otoño que no presagia nada bueno.

Hoy tengo el alma cansada y pierdo la fé en las personas. Hoy recuerdo que las sonrisas son efímeras. Hoy siento dolor en los ojos por haber contemplado instantáneas llenas de tristeza.

Y miro el cielo...y sólo quiero que descargue sobre mí, que deje caer el agua y ese agua me anegue. No quiero que me arrastre, no. Sólo quiero quedarme en mitad de la calle y que el cielo se derrumbe sobre mí.  Descubrir de nuevo que estoy viva y que el agua me de el empuje que necesito

Tras el vendaval que hubo la noche del domingo al lunes, quiero sentir el agua azotando mi rostro, las nubes dejando caer litros de agua que inunden este plano que toca vivir hoy. No quiero más que el agua me rodee y ya es bastante.





viernes, 21 de septiembre de 2012

Este momento

Un ritual de viernes. Una sola foto. La captura de un momento de la semana. Un simple momento especial, extraordinario. Un momento para hacer una pausa, disfrutar y recordar. (Extendido por Farala)






¡¡Mis primeras croquetas, chispas!!



lunes, 17 de septiembre de 2012

Otoño cultural


Sé que hoy se estila hablar del notición...por fin lo hemos conseguido, la Espe se larga...y aunque muchxs hoy están celebrándolo, yo prefiero hablar de otro tema.

Tenemos el otoño en ciernes y si algo me gusta de esta estación del año, además del fresquito que hace, es la oferta cultural que hay en Madrid.

Aparecen musicales, teatros, los cines por fin estrenan alguna buena película... En esta época del año concentro mucha parte de mi presupuesto destinado a ocio y cultura del año.

Se me amontonan las obras...Voy a reconocer que a mí antes no me gustaba el teatro...me aficionó la activista coqueta. Y más que de obras, soy de autores o de actores actrices... En los últimos años, buenos actores han oscilado entre el cine y el teatro. Parece mentira pero la crisis que se ha comido la taquilla de los cines ha respetado bastante las tablas. Y todos como locos para actuar en directo.

Recuerdo especialmente al Héctor Alterio de La sonrisa Etrusca, a los intérpretes de Todos eran mis hijos; un texto precioso de Arthur Miller (y sentada al lado de miguel Angel Silvestre)...Ana Belén sufriendo su Electra, el escote la vomitona de Maribel Verdú y el tanga carácter de Aitana Sánchez Gijón desde la primera fila de Un dios salvaje...Tener a Viggo Mortensen a menos de un metro de mí mientras se concentraba antes de hablarnos de su particular Purgatorio... 

La más especial sin duda, fue Memento Mori, una preciosa obra sobre el terrible drama de África y esa indiferencia que hemos desarrollado ante su realidad, que por ende, forma parte de la nuestra, la global.

Esta otoño ya tengo entradas para ver a Blanca Portillo haciendo de Segismundo en La vida es Sueño. Qué ganas de ver a esta mujer en teatro... Pero es que además estrenan Babel con Aitana, la última de Tamzin Townsend...no me pierdo una de esta directora...y luego tenemos a Carmen Machi en su papel de mujer alcohólica reviviendo las palabras de Edward Albee ¿Quién teme a Virginia Wolf? A Virginia Wolf no sé pero al precio de estas entradas yo si le tengo miedo...30 euracos...
 
 
 
 

Quizá para compensar tanta intensidad, me gustaría ir a ver un musical...Sonrisas y Lágrimas...si, qué pasa!! es que nadie se traga de vez en cuando en la tele la historia de los Von Trapp? Pues eso, a cantar en directo...

Entre medias intentaré cazar algún concierto de Andrés Suárez que ya va siendo hora de emocionarme en directo con sus letras...

Y para terminar el año...una duda...Circo del Sol con el espectáculo de Michael Jackson???

Se admiten propuestas y acompañantes, señoras!!

viernes, 14 de septiembre de 2012

Los puentes de Chris

Debo decir que cuando abrí el blog me lancé un poco en plan locaza loca porque no sabía nada de la blogosfera. Fui aprendiendo sobre la marcha. No recuerdo exactamente cómo era el formulario de apertura en Blogger pero se me ocurrió poner como url el nombre de "lospuentesdechris".

Pese a estar fuera del armario desde hacía muchos años, llevaba un tiempo en el que me sentía muy aprisionada...mi grupo de amigas estaba compuesto por parejas de larga duración a las que el término feminista les sonaba a chino, el activismo consideraban que debía ser un rol sexual y pensaban que las lesbianas calladas están más guapas.

Me ahogaba, necesitaba aire nuevo, conocer mujeres que estuvieran más en línea con lo que yo pensaba, hacer nuevas amistades que no se pasaran toooodo el invierno metidas en casas jugando a las cartas :-(

A esa necesidad de enlazar con otras mujeres hay que añadir mi gusto por la arquitectura. No tengo conocimientos técnicos pero si salgo de paseo me quedo embobada mirando muchas clases diferentes de edificios. Los puentes se definen más como obras de ingenieria pero para mí son construcciones igual de atractivas que los edificios que contemplo. Y cumplen perfectamente la función de enlazar.

No sé por qué motivo, cada vez que Farala me ha presentado a otras blogueras o ha hablado de mí en algún lado, siempre ha dicho...Chris, la de los puentes. Incluso hace unos días me mencionaban en un blog como la-mujer-que-cruza-puentes.

Si...soy la que cruza puentes metafóricos y físicos...



Así que como mi blog es mío y ya sabemos que es lo único que me follo me lo follo como quiero, este año os voy a ir presentando mis puentes...aquellos que he llegado a cruzar fisicamente y los que tengo apuntados en el debe.



En fin, espero que esto no provoque demasiadas deserciones de lectoras.  

Este momento

- Un ritual de viernes. Una sola foto. La captura de un momento de la semana. Un simple momento especial, extraordinario. Un momento para hacer una pausa, disfrutar y recordar. (Extendido por Farala)




Sé que llega el otoño cuando Zoe y Lúa prefieren estar en el sofá a estar tumbadas en el suelo*.



*Cambian en cuestión de una semana. En el anterior "este momento" aparecían tumbadas en el suelo

lunes, 10 de septiembre de 2012

Las estrellas fugaces no mienten


Esa noche contemplaba el cielo...hacía mucho tiempo que no tenía tan cerca la osa mayor...quise rozarla con los dedos y extendí las yemas para alcanzar el infinito, aunque lo que más deseaba en el fondo era alcanzarte a ti.

A pesar de que hacía fresco, yo tenía una sensación cálida que me abrigaba...tal vez tu voz al darme las buenas noches antes de dormir...dejé que esa sensación se apoderara por completo de mí...quise retenerla, hacerla ya mía y que calmara los temblores que tu voz me producía...unos temblores que apenas recordaba haber tenido hace tiempo.

Mientras intentaba localizar las constelaciones vi una estrella fugaz que cruzó rauda el firmamento. Comencé a gritar y a manotear como una niña pequeña...quise pensar que el Universo confabulaba conmigo. Pedí un deseo, como dicen que debes hacer al verlas.

Cerré los ojos una milésima de segundo y deseé con todas mis fuerzas ver el Ebro.


No...las estrellas fugaces no mienten Aunque tienen su manera extraña de cumplir tus deseos...
 

En unos días me iré a un valle regado por el Ebro. Un valle con casas de piedra y senderos junto al río. Y no...no es el lugar exacto que deseaba pero es el sitio donde me mimarán y cuidarán un grupo de mujeres maravillosas. Tengo planeado pasear, hablar mucho y hacer masajes a la luz de las velas.
 



Quiero dejar que el otoño me alcance en su compañía, quiero orillar el Ebro y contemplar el valle mientras oigo sus voces y trato de olvidar la tuya. Quiero ver las primeras hojas cobrizas de los árboles y que una ráfaga de viento las arranque de las ramas y las pose sobre mi alma para que se adentren en mí.

Será un viaje precioso... He pasado muchas veces por esa zona y siempre he querido parar por allí. Ahora la vida me regala la posibilidad de hacerlo con parte de mi familia afectiva.



Piedras y tejados, pozas azules, hojas rojas...el río de testigo ante mis ojos y mis manos rozando una ausencia. Llega el otoño.
 
 

domingo, 9 de septiembre de 2012

De mi ventana a la vuestra


Llevo un par de días con este post en la cabeza...ahí, dándole vueltas. Pero no sé si hacer un post sobre Femicine porque trata de una película o si simplemente aprovechar que el Pisuerga pasa por Valladolid (debe ser el río español más nombrado).

Allá voy y que sea lo que las diosas quieran...

El otro día un cine madrileño que no conocía de nada proyectó gratis una peli que tenía muchas ganas de ver desde que la estrenaron. Se trata de una hermosa película con tres mujeres protagonizando tres historias bien diferentes...

No pienso hacer un spoiler de los míos. Pero si quiero deciros, que tiene una fotografía preciosa, una canción increíble y tres actrices que lo bordan.

En un momento de la película, las tres mujeres (cada una en su historia) se cortan el pelo y eso supone un auténtico trauma para ellas. Se aprecia como el corte les supone una “amputación” de su femineidad. De hecho, una de ellas después del corte no quiere que la vea su marido, preso en la cárcel.
Ese corte implica una ruptura, una muerte de las mujeres que son, y de pronto ese pelo se convierte en un personaje más del film. Qué poder de simbolismo para las mujeres representa el pelo...

Esa escena me llevó a pensar después, en la guerra que he tenido durante muchos años con mis padres por mis cortes de pelo. La primera vez que me lo corté yo, por voluntad propia y con el tamaño que me apetecía, fue nada más terminar COU. Me había pasado todos los exámenes sujetando con una mano el largo flequillo que me caía sobre los ojos. Estaba harta de tener que escribir con una mano sujetando semejante melena (si...en aquella época la tenía) y aún me quedaba la selectividad.

Al peluquero le dije: empieza y ya te aviso yo cuando quiera que pares. Y me lo dejé al 2. A mí me encantaba. Mi madre no me reconoció cuando pasó por mi lado. Mi padre gritó de la impresión y nadie en la familia entendió por qué hacía eso. Después han venido los cortes recurrentes cada dos o tres meses. Y la posterior discusión con mis padres acerca de por qué tengo que cortarme el pelo para parecer una paleta...bueno, mi madre dice...un paleto.

Creo que con los años que llevo cortándolo aún no se han dado cuenta de que para mí ese corte, esa amputación de mi femineidad, es precisamente lo que me permite mostrar mi identidad. Ellos lo viven (creo) desde el rechazo por lo femenino y el que todo el mundo se de cuenta de que soy lesbiana. Yo lo vivo desde el empoderamiento y la asunción de quién soy. Y ya sabéis...lo que opinen los demás está de más.

Claro, este análisis del pensamiento inconsciente de mis padres y las motivaciones conscientes mías lo he desarrollado con los años. Con aquel primer corte de pelo yo sentía que por fin era yo. Coincidió con que salí del colegio de monjas, donde las había pasado canutas por el acoso escolar al que fui sometida durante años por mi lesbianismo. Aún no lo había asumido pero ya era evidente para mis compañeras de colegio. Las monjas se lavaban las manos e hicieron la vista gorda con alguna asignatura que suspendí para que me fuera del colegio. Y salir de aquello para mí supuso una liberación en muchos sentidos.

Ese primer corte de pelo si fue el modo inconsciente de asumir y declarar que no me sentía como las barbies adolescentes de mi colegio. Aquella fue la época en la que comenzaron a confundirme con un chico constantemente. Y me molestaba mucho, reaccionaba airadamente porque no me sentía un chico...claro que tampoco me sentía una chica, aunque ese es otro tema.

El caso es que esta semana, vi una foto que enseñó en facebook una bloguera en la que aparece con 14 años. Ella misma dice que viendo ahora esa foto...cómo en aquella época no le sonaba el término queer...en la foto se ve claramente a un proyecto de mujer lesbiana...el pelo, la camisa lisa de cuello amplio, la seriedad del gesto, el reloj casio negro digital en la muñeca...acariciando a un gato (jeje, esto último es lo menos lesbiano que hay en ella!), vamos, un plumón tremendo... en su inconsciente ya estaba bien plantada la semilla como quien dice y sólo le faltaba tiempo para desarrollarla.


Y pensaba yo, que muchas de nosotras tenemos momentos, o imágenes plasmadas de esos momentos, que al verlas ahora podemos decir...pero si es que era bollo total...aunque en aquel tiempo no pudiéramos o supiéramos verbalizarlo. Aunque nuestro entorno no lo advirtiese...o si.
 
 
Odio los disfraces pero con este me sentía feliz...
claro, podía mostrar mi masculinidad...
 

 
 
 
 

viernes, 7 de septiembre de 2012

Este momento

{este momento} - un ritual de viernes. Una sola foto, la captura de un momento de la semana. Un simple momento especial, extraordinario. Un momento para hacer una pausa, disfrutar y recordar. (Extendido por Farala)










miércoles, 5 de septiembre de 2012

15 segundos de fama...

Ahora que lo pienso, nunca he dicho eso de "mamá, quiero ser artista"...pero desde mi más tierna infancia he tenido mis coqueteos con los escenarios y las cámaras...Para una persona tan tímida como yo resulta algo chocante...quizá es que ahí es donde más sale la vena "Leo" de mi horroróscopo.


Aquí donde me tenéis...yo fui una niña Barrio Sésamo. Si...aparecía en el programa cada día. Donde ahora está La Vaguada (centro comercial madrileño), en sus tiempos no había más que una inmensa hondonada de tierra. Y allí salíamos a jugar a diario. Una tarde de aquellas, aparecieron unos señores y nos grabaron mientras correteábamos. Y esas imágenes formaron parte de la cabecera del programa durante una temporada.

Todas las navidades ponían un circo enorme en las vaguadas y mis padres, o mi abuela, mi prima...alguien solía llevarme. Recuerdo un día que paseábamos por fuera de la carpa y apareció Torrebruno...en aquel entonces era mi ídolo y achuché a mi abuela hasta que le llamó y hablamos con él. La tarde siguiente fuimos a ver la función y me sacó al escenario con otros niños. Hacía un concurso de cantar y bailar o algo así. Bueno, el caso es que gané y me llevé un tesoro...un disco con sus canciones!!



Qué bonita época en la que yo era rubia y lanzada...Después mi perfil fue haciéndose más plano...(no, no hablo de mi cuerpo). Tal vez es que el sentido del ridículo me podía...aunque en alguna ocasión me convertí en reina del karaoke e incluso en gogó en fiestas privadas! Supongo que una parte de mí siempre ha tenido esa querencia por sentirse protagonista.

Y ahora esas ansias las sacio en la "intimidad"...quiero decir sin que se note demasiado. Lo de cantar en la ducha está más que visto pero os voy a confesar que hay muchos días en los que tengo mis 15 segundos de fama!! Creo que era Warhol el que decía que todo el mundo quiere sus 5 minutos de fama...yo me conformo con 15 segundos, míos...sólo míos...

Por las mañanas, cuando el metro me deja en la estación que hay al lado de mi trabajo, me dispongo a recorrer el largo pasillo que hay hasta la salida. Suelo ir escuchando música en el móvil y como todas somos animales de costumbres (algunas más animales que de costumbres), caen las mismas canciones cada mañana. Cuando llego a la estación suenan las más marchosas y justo al pasar los tornos de salida se producen esas corrientes de aire subterráneas misteriosas.

Entonces, en ese momento, subo el volumen de la música a tope y noto cómo me cuesta avanzar por el pasillo debido a la ráfaga de aire. Y mientras canto ¿en voz baja? la canción, pienso, creo, siento...que soy la estrella de la música y que estoy protagonizando mi propio videoclip, con esos ventiladores potentes que proporcionan chorros de aire y que hacen un efecto visual tan majo...

Si...suena Dancing Queen...y soy Meryl Streep, la reina del baile, arrastrando a tantas mujeres para hacer una coreografía juntas...o Miguel Bosé declarando que nunca fui Gulliver...incluso Zaz diciendo que quiero amor, diversión y morir con la mano en el corazón...


Os diré que en realidad, lo que menos me importa de ese momento, es si soy famosa o no...sino lo genial que me siento!!!

Venga...confesad...estoy segura de que no soy la única que tiene sus 15 segundos de fama íntima...      

martes, 4 de septiembre de 2012

Sobre los tiempos verbales


Hay días de infinitivos...y esos días me gustan porque me animan a hacer un montón de cosas. Lo habitual es que me quede reposando pero los días de infinitivos me pongo las pilas y empiezo a solucionar temas, a actuar.

Traducido al presente de indicativo; ando, hablo, cambio, ordeno, envío, limpio...no paro. Aprovecho el momento del infinitivo para solucionar cosas pendientes.

Y es que yo soy así...veo las cosas de lejos, me acerco, las pienso, las maduro y de repente un día...zas...no soporto más y las resuelvo. Recuerdo la estantería de casa, que la tenía hecha un desastre y estuve meses sentada en el sofá, enfrente de ella. La miraba y pensaba...tengo que arreglarla, pero era incapaz de ponerme a ello. De repente, una tarde que estaba viendo la tele, me fijé en un libro que había, me levanté y comencé a ordenarla.

No sé qué clase de clik hace mi cerebro para que salten los infinitivos...ojalá lo supiera para poder provocarlos...pero es así.

Lo bueno de cumplir años (fue a primeros de agosto) es que he podido soltar algunas cosas que me estaban lastrando. Ha supuesto un revulsivo para mí. Ese día algo hizo clik y un tema que llevaba arrastrando desde...uf!...casi desde que abrí el blog...de repente apareció con su solución al lado, saludándome de tal manera que era imposible hacer caso omiso.

Los infinitivos son mis mejores tiempos verbales porque implica acción, movimiento en mí. Pero no sólo el movimiento en si, sino también empezar y terminar. Para alguien dado a la dispersión como es mi caso, se agradece.

Y luego hay días como hoy...que navego entre los gerundios y los pretéritos perfectos compuestos. Oscilo entre el “ando” y el “he ...ado”.

Me da por pensar que los gerundios son de las personas que nunca se rinden, que pelean, Personas a las que les resultan un poco complicados los infinitivos y tardan en llevarlos a cabo. Por el contrario, se me ocurre que una persona de pretéritos perfectos compuestos es alguien que yace agotada, que ha decidido abandonar la pelea, que renuncia al gerundio para poder descansar.

Por un lado estoy muy contenta de cerrar algunos temas que me pesaban. Y por supuesto sigo bregando por encontrar lo que busco. Pero no voy a seguir escribiendo sin tener la certeza de que he dado con un camino abierto...


Ya ves...yo que debería ser de pretéritos perfectos simples....

domingo, 2 de septiembre de 2012

Por valles y montañas


Leyendo la otra noche el post de Farala a propósito de ir de acampada, me vinieron a la cabeza un montón de sensaciones y recuerdos. Lo primero fue pensar...pues si, yo fui scout, una bolloscout visto desde la distancia.


En esa etapa viví los mejores momentos de mi infancia y adolescencia. Mil anécdotas... noches de inmenso frío en la tienda por la sierra de Madrid o de Ávila, cuando nos perdimos haciendo la Ruta del Cares en medio de una inmensa nevada sin más comida que una tableta de chocolate y una cantimplora de agua por persona, (si, fue en aquel campamento volante donde dos lugareños observaron cómo evacuaba junto al río), la araña que me picó y que me provocó que pasara un verano sin poder bañarme, el orgullo de haber construido cabañas, puentes, mástiles enormes...y las últimas noches de los campamentos de verano, en los que dormíamos al raso y me quedaba despierta hasta la madrugada contemplando el cielo estrellado.


Yo fui una niña feliz en los días de acampada. Desarrollé un profundo amor por la naturaleza y una profunda aversión hacia determinados bichos. Pensaréis que es incongruente pero qué se le va a hacer, estoy hecha de contrastes!!


Han pasado los años y aunque he mantenido ese amor por la naturaleza se ve que he evolucionado en la capacidad por adaptarme a dormir en cualquier sitio. No me importa que la superficie esté dura, de hecho prefiero las camas más bien duritas peeeeeero una necesita su espacio.


El fin de semana pasado que nos fuimos a la sierra en plan precario nos avisaron de que no había sábanas y allí que me fui yo a comprar un saco de dormir. Tan contenta con mi saco nuevo, de esos que apenas pesan 600 gramos y que abultan muuu poco. Llegó el momento de dormir y lo extendí sobre el colchón.


Ya a primera vista me parecioooooó...cómo deciros...estrechillo...así...como tipo sarcófago...Tenía una cremallera lateral. Probé a meterme. De primeras me gustó porque era cálido. La cremallera llegaba hasta las espinillas; a partir de ahí se estrechaba mucho más y comencé a notar agobio por no poder abrir la zona de los pies...Inciso...¿Os he comentado alguna vez que me muevo muchísimo por las noches? Me paso el rato dando vueltas sobre mi propio eje.
 



Así que me metí en el saco, cerré la cremallera y noté que ahí dentro me sentía completamente aprisionada. A todo esto...no podía abrir la cremallera y tuve que salir reptando para escaparme de la sensación de agobio...


Las heteras se terminaron los mojitos, cesaron las risas, se fueron durmiendo y yo seguía peleando con el saco...mejor dentro...pero con la cremallera abierta, no, que si la dejo abierta en cuanto me muevo me destapo...pruebo a cerrarla un poco...joder qué agobio...mejor fuera....me pongo el saco por encima...no, vamos a abrirla entera y me tumbo encima...vaya, olvidé que la zona de los pies no se abre...pues los meto...ays que no puedooooooo.


En un momento determinado de la noche me pareció ver que si pasaba mis dedos por el interior del saco aparecían destellos de luz. Pensé que me había quedado dormida por fin y que lo había soñado. Probé a hacerlo para convencerme a mí misma de que era una ilusión y me quedé alucinada al ver que aparecían esos destellos. Eran como mini chispas que saltaban dentro del saco al friccionar...Me acojoné por completo pensando en que si me dormía y movía se generaría una combustión espontánea y moriría quemada. Conseguí dormirme cuando el cielo empezaba a clarear...


Con cuatro horas de sueño, la marcha por el campo del día siguiente fue un infierno y me he pasado toda la semana sin ser persona. Total, que tengo claro que lo de ir de acampada si, pero nada de sacos. Me temo que me he vuelto demasiado comodona.
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