miércoles, 26 de junio de 2013

La caída de los mitos

El domingo fui al cine a ver "El hombre de Acero" No era la película que en principio habíamos elegido pero determinadas circustancias propiciaron que finalmente viéramos esta.

El cine estaba abarrotado, y eso que era en Versión Original. La sala estaba poblada mayoritariamente por gente de mi edad. Imagino que casi todos habíamos visto de pequeños Supermán en el cine y queríamos comparar...

Y comparé. No hay color.... donde esté el Supermán de Christopher Reeve que se quiten todos los espectáculos pirotécnicos que ha habido con posterioridad... La consecución de imágenes plagadas de efectos especiales es tal que no tienes tiempo de asimilar la información. Eso por no hablar de que no han respetado la historia original y que aquí el super héroe se convierte en un hombre apocado, hundido en crisis de identidad y lleno de sombras...

Te das cuenta de que aunque las pelis ahora son perfectas desde un punto de vista técnico, la historia te deja fría. Han pasado los años y ya no te crees lo que ves. Con lo que me emocionaba yo de pequeña viendo esas escenas cutres del hombre volando.... porque Supermán volaba.... este nuevo va dando "salitos!"

Y curiosamente, mientras estaba en el cine, me llegó un mensaje del novio de mi primo. Estaban en Madrid y proponían cenar. Así que al fin, después de dos años se produjo el ansiado encuentro. Había quedado anteriormente con su novio pero a él resulta muy difícil pillarle por banda.

La cena se llenó de risas y chascarrillos sobre los homosexuales y lesbianas. Destilábamos pluma... Pero lo mejor es que hubo también muchos momentos para ponernos serios y hablar de Jesús, de su bondad y de sus sombras. Esa parte que más desconocía yo y que me vino a confirmar que las personas más grandes tienen tantas virtudes como defectos y suelen ser del mismo tamaño.

Me llamó la atención la madurez y la calma con la que mi primo es capaz de hablar de su padre... y sobre todo me llamó la atención descubrir que además de ser los dos miembros LGTBI de la familia, ambos sentimos una fobia terrible a que nos miren o nos toquen los pies. Curioso...

jueves, 20 de junio de 2013

Toc Toc

Llamé a la puerta con cierto miedo. Temía que no se abriera, o que al abrirse me recibiera con frialdad. Fueron unos segundos en los que se me pasaron tantas cosas por la cabeza...
Cuando al fin sonó el leve crujido de la madera al moverse, alcé mis ojos y me encontré con la mirada de una niña que al levantarse el día de reyes descubre los regalos. En su mirada había sorpresa, alegría, ilusión y deseo.


Cenar juntas, hablar, reir... mirarnos cómplices...  Mereció la pena dejar de lado el agotamiento y lanzarme a ser quien soy.  

martes, 18 de junio de 2013

Dispersa y anestesiada

Tengo un montón de cosas pendientes desde hace semanas pero llego cada tarde a casa y me ocurre lo mismo. Me quedo pensando en las musarañas, mirando cualquier cosa en el ordenador y apenas me organizo más que para las cosas urgentes. Así me va, claro, que se me acumulan y se me acumulan y ya llevo mes y medio con la bombilla del pasillo fundida.

Dispera... y más. No hay manera, no hago carrera conmigo misma. Me doy una de cal y otra de arena. Trato de no agobiarme pero tampoco dejarme. Y en esas ando, intentando encontrar un equilibrio complicado. Sé que hasta que no me ponga a hacer las cosas no tendré ninguna gana de hacerlas. Pero supongo que sigo esperando el milagro.

Para intentar animarme, o forzarme a base de que me sienta responsable de todo lo que no hago, he elaborado una lista de tareas que apremian por el retraso que llevan. Al menos, al tenerla por escrito, la veré y me pinchará...

Y es que estoy planita, planita. Sin fuerzas ni energías. Paso la mañana en el trabajo bostezando aunque haya dormido 6 horas. Me quedo mirando el ordenador sin entender por qué no aparecen algunos datos en pantalla, hasta que reparo que ni siquiera estoy utilizando el programa que me puede dar la información que necesito. Sigo con el hierro para intentar mejorar mi estado de empanamiento mental. Pero no sé si es irreversible.

Y ese empanamiento mental se traduce en una sensación de anestesia emocional. Acaba de finalizar la Feria del Libro y me he comprado 5 libros. Me estoy leyendo el tercero y me pasa como con todos los que he leído ultimamente... no me llega ninguno. No sé qué espero de la literatura pero lo cierto es que ninguna historia que haya leído en los últimos 6 o 7 meses me ha conmovido ni un poquito. No logro conectar lo que leo con mis tripas. Y estoy segura de que es más cosa mía que de toooodos los libros. Los sentimientos están ahí, pero.....

Hay momentos, pequeños momentos en que aparecen o afloran las emociones, los sentimientos... con fuerza, como cuando desperté de la siesta el domingo... El resto es silencio.



Simplemente toca esperar a que llegue lo que sea que me desatasque...

lunes, 17 de junio de 2013

Entre los sueños y la luz


Mi cuerpo yacía inmovil. En ese breve tiempo entre el sueño y la vigilia, mientras mi mente se desperezaba noté que era incapaz de mover un sólo músculo. La calidez del espacio que ocupaba en la cama me mantenía anclada a esa suave sábana.

Con los ojos entrecerrados pude adivinar que las contraventanas de hierro se encontraban semicerradas. La habitación tenía una luz tenue que me había permitido dormir en mitad de la mañana. Sentí tu presencia cercana pero la languidez me envolvía impidiéndome realizar ningún movimiento.

La brisa se colaba por las rendijas de las contraventanas. Era una brisa leve que se posaba en mi espalda. Descubrí que me habías tapado las piernas con la colcha y sonreí por tu detalle.

No sé por qué, en un momento determinado pensé que estaba en Grecia contigo. Quizá la suma de la luz de mediodía y la brisa, me recordaba a Mykonos. Deseé poder levantarme, asomarme a la ventana y ver un inmenso mar azul junto a ti.

Poco a poco me fui desperezando, comencé a sentir la sangre fluyendo por mis extremidades y pude mover lentamente los dedos de las manos. Mi mente seguía flotando en algún hermoso lugar entre el cielo y la tierra.

Me giré y descubrí que me mirabas, con los ojos chiquitines y la sonrisa depositada en ellos... al instante la ternura se apoderó de mí y de mi mano. Mis dedos aún torpes fueron siguiendo el contorno de tu espalda, bajaron por la columna y jugaron con la cintura. Mis yemas bailaron sobre tus brazos y perfilaron tu rostro... la linea de la barbilla, el laberinto de tus orejas, la gruesa nariz, el latido de tus labios...

Notaba una sonrisa en mi cara y con los ojos fijos en los tuyos dejé suspendida toda la ternura en la palma de la mano...

sábado, 15 de junio de 2013

Blue


Dicen que el azul es un color cálido y recientemente he descubierto que el silencio es azul.


Hoy he dejado mi morado habitual de lado y me he vestido entera de azul. Camiseta, pantalón, deportivas e incluso los complementos... gorra y reloj...  Vuelvo a mi origen, cuando la vida (y yo con ella) estaba llena de azul.

Y aunque mi colonia de toda la vida no tiene ese color, la he recuperado. Llevaba muchos meses sin utilizarla y ya la echaba de menos. Tal vez me echaba de menos a mí. Olerme a mí. A mí de azul. Y hoy soy yo.

...even butch get the blues

miércoles, 12 de junio de 2013

The grammar of my fears


Hay momentos en que me da por hablar (torpemente) en inglés con algunas personas. No se trata de practicar el idioma, puesto que no lo hago con determinada asiduidad. Es que siempre me ha parecido que en inglés soy capaz de expresar más correctamente algunas ideas. Me parece un idioma en el que me manejo mejor, a pesar de no dominarlo. No me pierdo en disquisiciones, no divago tanto... voy directa a lo que quiero decir. Y creo recordar que nunca he tartamudeado en inglés!!



Tiene palabras únicas, específicas para cosas que en español necesitan al menos tres palabras para expresarse. Para una persona como yo, que empiezo a hablar por la A y de repente salto a la R, eso viene bien.


Así que recurro al inglés y a un duo musical que siempre me encantó, para expresar lo que siento de un modo que no soy capaz de matizar igual en castellano...


"The hardest to learn was (is) the least complicated"     Indigo Girls    

lunes, 10 de junio de 2013

Abandono y pérdida


Leo en el periódico una frase que me resuena... nadie sale ileso de la infancia...

Y me da por pensar que es totalmente cierto. Que en esa fase de la vida que de alguna manera inconsciente buscamos perpetuar, todos sufrimos heridas que nos marcarán por siempre.

Quizá la mayor herida que podemos sufrir es la de sentirnos abandonados, sentir una pérdida profunda en cualquiera de sus vertientes. Descubrimos, asumimos, aprendemos de niños que la pérdida es la medida del amor. Y repetiremos ese esquema toda la vida.

Estos días reparo más en las personas que me rodean y que siento que viven marcadas por esas pérdidas. Pienso en mi amiga V. tan alojada en su propio laberinto que hace tiempo que dejé de saber cómo ayudarla.

Pienso en Ella, que me ha pedido que no me vaya. En su mirada había un océano de miedo y tanta pérdida reflejada, que la sentí niña inundando de tristeza toda mi casa. Simplemente se me rompió el alma.

Y pienso en mí misma, en cómo cuando me siento abandonada regreso de forma automática a ser esa niña perdida, que llora, que no puede razonar y que sobre todo, no encuentra palabras con las que dialogar...

Si, creo que cuando de adultos sentimos esos abandonos retornamos a la niñez. Todos nos convertimos en niños cuando perdemos o sentimos que perdemos a alguien que realmente nos importaba. Porque de adultos somos capaces de enfrentarnos a todo menos al abandono.

domingo, 9 de junio de 2013

Me, myself and I


Desde que me planteé que haría el viaje sola, lo único que me pesó fue el tema de las fotos. No podría pedirle con confianza a alguien que me inmortalizara en mis lugares favoritos. Pero bueno, prefería ir y verlo en persona aunque no tuviera buenas imágenes.

Puedo decir que no he tenido problemas a la hora de pedir que me hicieran fotos. Generalmente funciona bien el quid pro quo.

La verdad es que ha sido mi mayor fuente de anécdotas allí. Desde los españoles que me pedían en un inglés tipo yotarzántújane que les hiciera la foto, la rusa que me sacó la foto como dios la dio a entender en mitad del barco, o la familia hindú a la que no sabía cómo explicarles que sentados en la ventana del Top of the Rock, con el contraluz y lo oscura que era su piel no se les distinguía en absoluto y sólo se veía una mancha negra...

(Zami, recuérdame que nunca te haga una foto a contraluz...)

Y bueno, en este megaegopost... aquí están las mejores instantáneas que me hicieron en este viaje...







 
 Veis? lo malo de que haga la foto alguien que no conoces es que no puedes hacer el bobo y tienes que conformarte con ponerle la mano encima a la mujer lesbiana del Christopher Park Y lo peor es que ella sigue a su bola mirando en otra dirección... es mi sino!! jajajaja



 





Se lució la madre rusa con la niña pequeña que me hizo la foto esta. Mucha sonrisa, mucho spasiva cuando le hice la suya pero vamos!! que podría haber encuadrado mejor, leches! que yo quería salir con el puente!!

 
 
 
Menos mal que di con una madre e hija españolas, de Oviedo para más señas que se preocuparon más por el encuadre de la foto. Al menos esta y las pequeñas de arriba si que podré imprimirlas y tenerlas de recuerdo...

viernes, 7 de junio de 2013

NY a través de los sentidos II


Con el sentido de la vista totalmente saturado... Nueva York me sorprendió muy gratamente por su olor. Había oído que la ciudad olía mal, que estaba muy sucia...  y mi percepción fue tan diferente...

Desde que comencé a pasear por sus calles pude percibir un olor a vegetación. De hecho, en algunos lugares olía de un modo muy parecido a las acacias de mi barrio. Por todos lados había plantadas flores que dulcificaban los lugares y emitían diferentes fragancias.

Quitando las calles más concurridas en las que era difícil abstraerse, en el resto podía notar claramente ese olor a las hojas de los árboles en primavera. De hecho, es que el olor te asaltaba cuando menos lo esperabas. Caminaba un par de manzanas y allí estaba a la vuelta de la esquina.

Ese olor profundo y limpio contrastaba con el olor de los carritos de comida que se establecían en algunas esquinas. No llegué a averiguar que era lo que olía tan fuerte que me revolvía el estómago pero invariablemente si había un carrito, le precedía y le seguía ese inefable olor en 20 metros a la redonda. Puagh!!

De alguna manera, pensé que siendo una isla lo lógico es que oliera a humedad y a sal pero en ningún momento, ni siquiera navegando por el Hudson, sentí ese olor.

NY es muy ruidoso. Por las noches me ponía tapones para poder dormir. El tráfico no cesa. Sin embargo, durante el día apenas me molestaba el ruido. Creo que tiene que ver con la sensación de silencio interior que tenía yo. Al volver a Madrid me he sorprendido notando que en esta ciudad hay mucho más ruido que allí. Sé que no es cierto pero es la sensación que me persigue. Supongo que es porque desde que he vuelto tengo una tormenta bramando dentro de mí.

Me gustaba mucho el escuchar los diferentes acentos que se manejan en la ciudad. Hay muchos que hablar español, no sólo los latinos. Pero lo cierto es que me costaba entender a los afroamericanos y ya ni te cuento a los chinos.

En chinatown se me ocurrió preguntar por un cajero y el chino todo amable me decía "Tankatana". A mí me sonaba a cuando en Bailando con Lobos un indio le hablaba a Kevin Costner de los tatanka, los búfalos... me sonaba a lo mismo. Después de preguntar al típico portero de edificio (de los de gorra de plato) me enteré que el cajero estaba dentro del local del.... tachán... Dunkin' Donuts!! alias tankatana para el chino...

Y con los anglosajones me he dado cuenta que depende de la actitud que tengan el que te entiendas mejor con ellos. La conversación más larga e interesante que mantuve fue con el dueño de una tienda de cafés y tés, un lugar precioso y ordenado, lleno de aromas. Sin saber nada del tema de esas bebidas y sin conocer los términos adecuados, él me fue asesorando para traerme una muestra de vuelta.

He comido poco. Había muchas guarrerías pero esa fase ya la pasé cuando visité Puerto Rico así que esta vez iba más en modo supervivencia. Desayunar fuerte, un bocata, una pieza de fruta y una botella de agua de 3/4. Comer algo a mediodía para no tener hambre y aguantar el ritmo de la tarde... y por las noches llegaba tan agotada al hostel que ni probaba bocado.

Por cierto, allí las medidas de la comida y la bebida son más grandes que en España. Mirad la lata de coca cola que compré... casi medio litro!

 
 

jueves, 6 de junio de 2013

NY a través de los sentidos I


Sólo hacen falta cinco minutos desde que pisas la calle para darte cuenta de que Nueva York es una ciudad que inunda los sentidos. Da igual que quieras o no, la ciudad te dispara andanadas continuas y lo mejor que puedes hacer es aceptarlo para comenzar cuanto antes a intentar procesar toda la información que envía desde el principio.

Me preguntaba María por los colores de Nueva York. Yo he descubierto una ciudad donde predominan el azul, el gris, el amarillo y el verde. A pesar de que la tarde que llegué llovía bastante, los siguientes días pude contemplar un cielo precioso, salpicado de nubes pero que siempre dejaban ver el azul. Quizá no tan intenso como el color del cielo de Madrid pero igualmente brillante.
















Si bajas la vista a la tierra, te topas constantemente con el gris del asfalto y los edificios. Pero en ningún caso es un gris aburrido. Las construcciones son tan diversas que disfruté mucho. Hubo momentos en que me quedaba contemplando algún edificio durante minutos localizando todos sus ornamentos.

Hay una clase de edificios en la isla que no son precisamente grises. Los brownstones, edificios de piedra oscura, construidos hace unos 200 años por los holandeses y que tienen mucho encanto. Otra cosa es cuando te enteras de la intrahistora de este tipo de edificación.

Tratando de cruzar la 5ª avenida a la altura de la calle 42, miré a mi derecha y me sorprendió encontrarme con una gran masa amarilla. Los cuatro carriles por los que circulaban los coches estaban ocupados en ese tramo de la calle exclusivamente por taxis. Conté más de 20! No sé cuántos habrá repartidos por Manhattan pero estoy segura que la proporción con respecto a los coches puede ser de 5 a 1. Por cierto, apenas habré visto unas 20 motos en todo el tiempo que estuve allí. Se me olvidó preguntarle al guía el motivo de que no se utilicen motos en una ciudad con tantísimos atascos.

Desde el primer día percibí que aunque la isla está superpoblada, los americanos se empeñan en buscar momentos de relajación entre el caos diario. Nueva York está salpicada de parques. Pequeños oasis en medio de la ciudad. Y lo de pequeños es literal. Exceptuando Central Park con 4 kilómetros de largo por 1'5 de ancho, el resto son cuadrados o rectángulos que aprovechan huecos para sobrevivir. Eso si, siempre están repletos de gente que acude a descansar, a tomar un café, leer... Me llamó mucho la atención que en varios de estos parques había tumbas. Es decir, que eran cementerios en su día, situados en los terrenos de las iglesias y que utilizan para descansar ahora los vivos!





 





Resumen del azul, el gris y el verde. Coño!! se ha colao un bicho morado!

martes, 4 de junio de 2013






domingo, 2 de junio de 2013

Un sueño cumplido


Más de 10.000 km recorridos en avión, decenas de kilómetros hechos a pie, siete días de estar sola, horas y horas de no hablar con nadie...

Son quizá, el resumen de los números de mi viaje a Nueva York. Podría dar tantas cifras... y si embargo, ahora, a las cuatro de la mañana, me he despertado con los ojos como platos pensando no en los números sino en los adverbios de lugar.

El aquí y el allí, que son tan relativos... el cerca o el lejos que cada cual siente de una manera... y en que llevo menos de 24 horas en Madrid y ya me ha dado tiempo a sentirme sola.


Sobre el viaje, hay tanto que contar... o no... han sido vivencias muy personales. El hecho de viajar sola hace que haya menos anécdotas, menos momentos de risas, si se quieren llamar así.

Vuelvo, de cumplir el sueño de mi vida. De hacer el viaje que quería desde mis 20 años... Me he hecho muy consciente durante el tiempo que he estado allí, que me estaba haciendo un regalo maravilloso. Me estaba dando la oportunidad de cumplir mi sueño.

Me fui con la maleta casi vacía. Con la sensación de que cualquier cosa que necesitara sería yo misma capaz de conseguirla. Me he ido a Nueva York como quien baja a comprar el pan, que sólo va con lo puesto. Y me he descubierto con una gran capacidad de improvisación sobre la marcha. Me he gustado en este viaje, tanto interior como exterior.

Y si... he cruzado varios puentes. Al volver, comentando el bajón de que se hubiera terminado el viaje, Siempre Suya me dijo: "Duerme y sueña con otros puentes". Qué pensamiento tan bonito y tan acertado. Porque ahora que he cumplido el sueño de mi vida, es el momento de buscar otros sueños y convertirlos en realidad. Gracias, amiga.


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