lunes, 27 de enero de 2014

De cadenas y colores


Ya estamos como siempre... que o me aburro de no hacer nada, o tengo demasiada actividad. Paso de simplemente leer a no pisar mi casa.

Hace un rato hablaba con mi madre por teléfono y me decía... ¿cuándo vendrás a vernos? y yo... ay, tengo una semana muy liada... miércoles salgo tarde del trabajo, jueves gimnasia y viernes taller de escritoras.... y el sábado?  ahí se me ha escapado una risina tonta y he dicho... el sábado es para disfrutar...

Total, que los últimos días han sido intensos. Tengo que empezar por confesar que estoy enganchada a mi puzzle de la bahía de Sydney con su puente. Cuando me quedo a dormir en casa de Zami, me despierto más o menos temprano y voy de puntillas hasta la habitación donde lo tengo. Me siento en la silla y me quedo contemplando las piezas tratando de encontrar la correcta, esa que me permita colocar del tirón 6 o 7 más...  Mientras Zami duerme el sueño de las justas, yo me emociono y voy descubriendo huecos o salientes. Me fijo en las piezas y las voy asignando nombres según su forma. Unas me recuerdan a chicos corriendo, otras son como bloques rectangulares y las menos son como flechas cruzadas. Sonrío mientras pruebo con diferentes piezas hasta que doy con la correcta. Cuando Zami se levanta siempre viene a verme y me felicita por los progresos. A este paso en un mes más lo tendré hecho!! Luego bajamos a desayunar pero yo ya estoy presa del furor puzzleril y me quedo unos minutos más tratando de encajar una última pieza.

El sábado comí con mis bollicompis de taller...  si, uno de esos cursos que hago yo. Esta vez todas éramos lesbianas y nos juntamos de vez en cuando para pasar un rato y charlar. Aquí es donde mi teoría de que soy sosa toma fuerza... oigo que cuentan las anécdotas de cuando se lo han montado con tías con látigos, las diferencias entre arneses con velcro o hebilla... o cuando las han colgado de cadenas cual jamones... bueno, lo de los jamones fue la conclusión que saqué yo después de tomarme unos chupitos de crema de orujo. En fin, que me divierto con estas muchachas con las que las conversaciones pasan de la sexualidad a la antropología y de ahí al puro cotilleo...

Tras la comida y con 4 chupitos como 4 soles, me fui a oir cantar a Alicia Ramos al Entredós. Esta mujer siempre me da buen rollo y me anima un montón. Ya hace dos días y sigo cantando sus canciones... "cansada de huracanes violentos fui por la frontera de Carabanchel. Me adentre en la república independiente de Lavapiés..."

Y si... después del concierto nos fuimos a cenar un grupo variopinto por Lavapiés. Durante la cena una amiga nos reveló su nuevo proyecto de vida... arriesgado y precioso. De noche, en la cama, agotada de tanta emoción pensaba en esta amiga y su proyecto y mi mente comenzó a llenarse de colores. Intensos azules que cambiaban de formas. Hacía tanto que no veía colores que fue como percibirlos por vez primera. Sentí una alegría inmensa por haberlos recuperado gracias a esta amiga y sus palabras. El domingo volverían con mayor intensidad al amparo de unos labios que me dejan sin aliento...  Pero esa es otra historia, que quizá sólo deba comentar cuando salga de nuevo el tema de las cadenas...


jueves, 23 de enero de 2014

Pensar, leer, sentir... hacer.

Ayer mi fisio me pedía que no dejáramos los blogs. Yo me había propuesto escribir, sin más, muchos post... pero han pasado ya tres semanas y no he escrito nada. Silencio interior, supongo...

Ando de nuevo con fiebre lectora. De eso creo que tiene parte de "culpa" Zami, que aún sin decirme nada me espolea para que lea como antaño. Así termino un libro y cojo otro. Y cuando no encuentro alguno que me apetezca, tengo el ebook con lecturas más chorras. Aprovecho para leer en el metro. Paso casi dos horas al día de trayecto y es un tiempo estupendo para dedicarlo a la lectura. Además, hay buena luz para mi escasa capacidad de visión. 

Me he comprado una autobiografía de Hellen Keller. Siempre me han atraído las historias de personas sordas o mudas, con problemas de comunicación (lo mío es de manual).  Me apetecía leer su proceso de aprendizaje. Pero la verdad es que su libro me ha aburrido. No me he conseguido enganchar a lo que cuenta y he preferido dejarlo. Lo he cambiado por el relato de la primera mujer india que se convirtió en maestra. Cuenta su proceso de educación entre los blancos y lo intercala con su vida en la reserva. La verdad es que me trasmite mucho más que el libro de Keller. Lo curioso es que este libro, incluye una carta que recibió en su día la autora, después de publicar un libro de leyendas indias, agradeciendo lo que cuenta. La carta la envió Hellen Keller!! Es una tontería pero me ha resultado muy curioso que haya encadenado ambos libros, que ya de por si estaban unidos de algún modo. 

Lo bueno de todas esas horas de lectura es que ralentizan mi cabeza que ultimamente va a mil por hora. Y sin embargo creo que mi capacidad de sentir se ha venido abajo. Hay días en que simplemente tengo un electro de línea plana. Esos días me afano por hacer todo de forma automática. Quizá es un modo de autodefensa, yo que sé. Me descubro haciendo. Cocinando, Uniendo piezas de mi puzzle. Tirando cosas viejas en casa... Haciendo. Con necesidad de hacer, de actuar, de no quedarme parada... cómo echo de menos poder correr... 

Quizá tan sólo es que necesito cortarme el pelo...Hacía muchos años que no lo llevaba tan largo...

Related Posts with Thumbnails